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ILUSTRACIONES



Un dilema social convertido en golpe de estado 🤐

Golpe de estado en el centro democrático

¿Un golpe de estado «inesperado»?

Todos hemos visto las increíbles imágenes del asalto al capitolio por los llamados «Trumpistas».

Ha sido bastante impactante ver todas las imágenes, todas las reacciones y como la gente a «engullido» el Capitolio en EEUU, símbolo de la democracia mas relevante del mundo capitalista.

Ha sido muy relevante ver como un monumento tan significativo como éste, ha podido ser asaltado. Pero no tenemos que sorprendernos: los países autoritarios son cada vez más autoritarios y las democracias cada vez están más polarizadas y esto tiene mucha incidencia y culpa el famoso: dilema de las redes .

Este docu – serie es muy interesante ver y es necesario para saber en qué mundo estamos realmente: damos nuestros datos, nuestras preferencias y nos pueden manipular nuestra percepción política, hasta llevarnos a un radicalismo extremo que veremos justificado porqué estamos apoyados por más gente que piensa igual que nosotros.

Es interesante ver como parte del documental, refleja lo mismo que ha sucedido el día 7 de enero del 2021 en América.

Las redes sociales perfilan nuestra manera de pensar y en muchas ocasiones nos provocan un cambio de paradigma obligándonos a actuar de una manera totalmente consciente y convencido por una lucha que se considera justa, según el algoritmo que ha calculado nuestras preferencias.

Los sistemas sociales son fáciles de manipular y por ello existe un trabajo de lo más fructífero llamado como arquitectura social: mezcla las ciencias sociales, políticas y económicas para determinar las acciones sociales en su conjunto y contribuir a saber y anticiparse a los deseos sociales. Todo ello, basado en datos, publicidad y marketing dirigido.

Debemos de ser críticos con lo que recibimos de manera gratuita, por qué es gratis, que estamos dando a cambio  y si existe otras vías de recibir esa información de manera diferente y evaluarla de manera racional, no pasional.

Esto da pie a muchas fábulas e ideas conspiratorias, que muchas de ellas se están haciendo efectivas y que nos van a afectar a nivel mundial y personal. Una de ellas, la teoría conspiratoria de la Agenda 2030, habla del famoso Reset Económico  estando ya a solo nueve años de su cumplimiento, sabemos que estamos encarados a tener una sociedad más empobrecida y estamos cumpliendo lo que se propone a nivel económico.

Para eso, somos unos «cracks».

El dilema social
El dilema social

Ataque de falsa bandera

Los americanos son famosos por sus ataques de falsa bandera y en este caso hay muchas cosas inexplicables.

En un país armado hasta los dientes, que cuando intentas cruzar su aeropuerto los ves armados y te piden papeles y más papeles, no puedes esperar que un monumento de esas características, en un momento en qué la sociedad está muy polarizada, no esté protegido.

Que los policías huyan , cuando había una caravana inmensa de manifestantes, desde las afueras de Washington, que iban hacia allí, que la NSA tiene el sistema de escucha y vigilancia más potente…y no supieran que iban hacia allí y que planeaban atacar, cuando lo estaban diciendo en redes sociales.

Trump lo sabía, por eso dijo las palabras adecuadas para activar su acto de falsa bandera: un golpe de estado encubierto.

Nicolás Maduro lo hizo en Venezuela hace unos años.

Vuelve la confederación
Vuelve la confederación

¿Hacía donde nos dirigimos?

Habría que decir más bien: hacia donde nos dirigen.

Como he dicho, la Agenda 2030, nos está llevando hacía una sociedad peor no mejor: a pesar de todo lo que tenemos actualmente, toda la información, toda nuestra inteligencia…seguimos obrando mal.

Seguimos apostando por el egoísmo y la avaricia personal, solo pensamos en el conjunto, cuando eso nos puede beneficiar.

¿Cómo es posible, que en una situación en la que nos encontramos, con pandemia mundial incluida, sigan haciendo las cosas mal?

Esa agenda 2030…no tenemos todos los párrafos del plan.

Para entender un poco mejor la situación global que vivimos de control absoluto y de tercera guerra mundial, os recomiendo el libro de Pedro Baños, «El Dominio Mental»

El dominio mental
El dominio mental

Polarización, empobrecimiento y pandemia

Dicen que lo que nos ha tocado vivir es consecuencia de la propia evolución de la vida y de la sociedad, pero si consideramos que varias épocas de la historia del planeta a traído diversas pandemias, guerras y pobrezas, no debería de sorprendernos la situación actual.

A mi lo que me sorprende, es que los problemas sean aún mayores y que no haya o no nos escandalicemos lo suficiente como para querer cambiar la sociedad.

Por eso es importante leer, cuestionarse las cosas, buscar más allá de lo que nos colocan las redes sociales y pensar en porqué nos ofrecen cosas cuando siempre nos cobran por adelantado por ellas.

La sociedad actual es un leviatán controlado, sin moralidad, sin espacio a pensar, que navega a una velocidad de vértigo y en cualquier momento, se estrellará.

Lo que no pensamos es que dentro de ese Leviatán van personas: madres, padres, hijos, hermanas… Pensamos que las personas que mueren, raptan, esclavizan, o que se lleva la pandemia, es ajeno, que les ha sucedido o bien porqué están en el sitio equivocado o porqué incluso puedan merecerlo.

Esa radicalización de ideas es muy benigno y daña al propio ser humano que lo piensa, ya que no va al problema en si, a la cuestión principal que favorece que las cosas se desarrollen del modo que lo hace. Lo soslaya para poder aceptar de una manera mas sencilla cual es el problema inmediato y así no lidiar problemas más grandes: por eso se escogen a los lideres y políticos.

¿Pero que pasa cuando esos políticos no hacen su trabajo o soslayan su responsabilidad para pasar a su beneficio personal?

Que el Leviatán se tambalea, pierde el rumbo y no puede solucionar el problema sin arrastrarse a sí mismo a su derrota profesional.

¿Se puede cambiar el rumbo?

Si, estoy segura.

Pero es necesario, sobre todo, adquirir un hábito que muy pocos dirigentes y personas conocen entre tanta saturación informativa, politica, social y económica: R-E-S-P-O-N-S-A-B-I-L-I-D-A-D.

Es sencillo: ser responsable de nuestros actos, nos dota del conocimiento del daño de los mismos antes de hacerlos. Pero es más sencillo y menos complicados, abandonarse al hedonismo de que lo hagan los demás.