A veces lo creo: merecemos la extinción
Hay cosas muy absurdas.
Lo peor de todo es que nos da igual y es un lástima. Tengo la convicción de que todo proviene de la falta de responsabilidad de cada uno de nosotros, no hace falta que el mundo sea mejor, sino que nosotros tengamos conciencia del mundo y de nosotros mismos.
El otro día desayunando en el bar antes de entrar a trabajar, una conversación entre dos chicas jóvenes, me distrajo de mi lectura y no pude dejar de escucharlas.
Estaban decidiendo que bachillerato coger: tecnológico las dos. Me alegró ya que no es muy común, al menos en mi época (en mi clase de bachillerato tecnológico éramos 3 chicas). Y de repente una de ellas exclamó: ¡ pues filosofía será obligatoria…¡vaya mierda!.
Mi gozo en un pozo.
La banalidad del mal
Justo estoy leyendo «La Condición Humana» de Hannah Arendt, después de leerme «Las orígenes del totalitarismo«, de la misma autora,una de las estudiosas de la «banalidad del mal», tan discutido después de sus artículos sobre el Juicio de Eichmann.
Entiendo que quieran ser prácticas y dedicarse a algo que les proporcione dinero y expectativas futuras, pero hablando desde la experiencia…en la tecnología y en el mundo en general, necesitamos mucha filosofía.
Pero sobretodo en la tecnología.
Revolución Tecnológica
Ésta tercera revolución industrial que estamos viviendo, hace que nuestro día a día, se convierta en una lucha contra el tiempo y la inmediatez, haciendo que el valor de las cosas disminuya, para dar paso a la «velocidad de las cosas» y en consecuencia a su valor efímero.
El ser humano siempre ha sido cruel en su larga historia, pero deberíamos de mejorar y aprender de los errores y reconocer estos mismos en un alarde de humildad.
Que ilusa soy. Aunque también soy persistente y utópica.
La filosofía ayuda a entender el porqué de nuestras acciones: nos ayuda a saber, descubrir y visualizar nuestros miedos, nuestras imperfecciones como raza y establecer las bases de una mejora personal.
Reconocer nuestros errores y debilidades nos ayudará a entenderlas y ha construir la base de mejora, para que las nuevas tecnologías realmente ayuden y no destruyan la moral humana, convirtiéndola en una masa que no entendemos y que queramos adormecer con las «últimas tendencias».
Espero que esas chicas hayan escogido tecnología y que tengan que estudiar filosofía: la concienciación en general es el camino para una comprensión personal.
Yo por mi parte, seguiré leyendo todo tipo de literatura, para descubrir cosas, ilusionarme y saber a qué enfrentarme cuando encuentre un «horrocrux» 🙂
